La adolescencia ya de por sí es una época vital convulsa, ya que el joven tiene que jugar entre el papel de ser niño para unas cosas y adulto para otras. En algunas ocasiones, la comunicación con los padres se complica porque es una fase caracterizada por la necesidad de la relación con sus iguales y de la búsqueda de identidad lejos del núcleo familiar.
En el confinamiento, les toca convivir con sus padres y hermanos 24 horas, pudiendo abrumarse por la falta de espacio e intimidad que necesitan. Eso a muchos de ellos, les conduce a un doble confinamiento, sin salir apenas de su habitación. Al igual que los adultos, ellos pueden manifestar cambios de humor constantes, necesidad extrema de privacidad, pereza y explosiones de ira. Por ello, os recordamos algunos consejos que publicamos hace unos días para manejar la convivencia con nuestros hijos. https://blog.vitaliza.net/adolescentes-en-aislamiento/
Es importante también cambiar el enfoque que tenemos de este periodo. Cuando oímos la palabra “adolescencia” muchos padres se ponen a temblar, pero esta etapa tiene muchísimas cosas positivas. Daniel Siegel, en su libro “Tormenta cerebral”, explica lo siguiente “Los cambios cerebrales que se dan durante los primeros años de la juventud establecen durante la adolescencia cuatro cualidades en nuestra mente: la búsqueda de novedades, implicación social, aumento de intensidad emocional y experimentación creativa.« Es un periodo crucial en el que como padres, tenemos un papel fundamental para reorientar esas cualidades, estando presentes física y emocionalmente, receptivos y conectando con lo que están viviendo. Para saber aprovechar esta oportunidad, rescatamos un artículo de hace unos meses, que nos ayuda a darnos cuenta de la importancia de la conexión emocional con nosotros y con ellos, para convertirnos en ‘influencers’ de nuestros hijos.