La crisis del coronavirus ha dado un vuelco a nuestro mundo y nos ha situado en una posición difícil de asumir hace unos meses. La pandemia ha tenido unas repercusiones muy duras, pero también nos ha ayudado a ser conscientes de cosas que no «funcionaban bien» en nuestro modo de vida anterior. Hemos vivido cosas muy duras pero también esta crisis ha permitido gestar nuevas formas de enfocar nuestro mundo.
- Profesiones invisibles pero esenciales, como los repartidores, los profesionales de la limpieza,los trabajadores de supermercados, los sanitarios, han demostrando su peso en el estado de bienestar.
- La educación ha descubierto sus debilidades, la brecha social y digital existente, el error de enfocar la enseñanza únicamente en las competencias. Esta situación, ha facilitado que se conozca que lo emocional, el contexto familiar, las características personales de cada alumno, afectan y mucho a al aprendizaje. Muchos profesores estos días, han tenido que acompañar a muchos alumnos, no solo a nivel acádmeico, sino emocionalmente.
- El mundo de la música ha parado su ritmo frenético para crear, nuevas inspiraciones que han dado su fruto en el calor de su hogar, el que ahora sí muchos artistas, empresarios, y profesionales de muchas índoles sí pueden llamar hogar. Se ha leído más, se ha escuchado más música, se ha disfrutado más del cine.
- Se ha consumido de forma más responsable, ya sea por economía, por miedo a no tener que salir tanto, o por conciencia. Hemos ido a la compra a la tienda del barrio y puede que hayamos aprendido la importancia del comercio local, gracias al cual nuestro barrio tiene vida, alma, en el que somos personas y no números de referencia.
- Hemos compartido más tiempo con los nuestros, sin horarios estrictos, sin correr de un lado a otro. Hemos albergado más tiempo para amar y ser amados.
No saber qué va ocurrir en el futuro, la incertidumbre, puede generar inseguridad y eso a muchas personas les desequilibra su regulación emocional. No podemos controlar lo que va a ocurrir, pero sí lo que vamos a realizar en el presente, y si cuidas el ahora, es más fácil adaptarse al mañana. Cuidar nuestra alimentación, nuestro sueño, nuestro equilibrio mente-cuerpo, realizando actividades gratificantes para nosotros, estando con las personas que queremos y buscando momentos de autocuidado personal, son cosas que podemos hacer para disfrutar del «ahora». Es fundamental buscar esas parcelas de felicidad que te proporciona la vida, porque si vivimos en lo que pasó o en lo que pasará constantemente, la vida pasa y no hemos estado presentes.