07/06/2023

El secreto de los 30 minutos antes de acostar a un niño para que duerma bien

 

¿Por qué es importante esa media hora antes de irse a dormir, especialmente para los niños?

Lo importante es entender que supone irse a dormir para cada niño o niña. La experiencia va a ser diferente según la edad, según como se organce el tiempo en la familia, si se practica el colecho o no…

Dormirse antes que papá y mamá, irse a la cama antes que ellos, puede ser visto en la primera infancia como una despedida y la perdida de una oportunidad de estar con junto a ellos. Además, dormir implica bajar la activación del día, relajarse para poder conciliar el sueño. Los niños pequeños no son capaces de realizar esto por sí mismos y necesitan del acompañamiento de papá o mamá para irse relajando e ir entrando en las bajas frecuencias propias del sueño. Entre las rutinas de la infancia las relativas al sueño son importantes. Realizar ese cambio de estado de forma gradual desde la activación hasta el relax, al igual que propiciar esa separación gradual acompañando a la habitación facilitando la llegada del sueño contando cuentos, o hablando sobre algún tema, y en ese hablar, la entonación de la voz propicia el viaje, la transición hacia el sueño. Facilita por un lado el ir entrando en un estado de mayor calma y por otro percibir que papá y mamá no dejan de estar, su contacto, su olor, hace que un bebé y un niño pequeño se embriaguen de seguridad y alcancen el sueño desde la calma y sin la ansiedad ante la separación.

La antesala del sueño es un momento idóneo para la conexión con los hijos, con los amigos, con la pareja, ya que la relación con conexión y sintonía emocional ejerce un efecto relajante y permite y facilita conciliar el sueño antes.

Los adolescentes desplazan esa relación hacia los iguales, los amigos, y ese momento ante de despedir el día es buscado para conectar entre ellos y abrirse emocionalmente, como antes lo hacia con sus padres, cuando la noche era el momento de las confidencias y la hora de buscar el consuelo en el regazo de papá o mamá.

  1. ¿Qué se recomienda hacer durante ese tiempo en cada franja de edad?

En los primeros años hasta los dos, sobre todo, aunque lo podemos necesitar hasta los tres o cuatro (lo fundamental es adaptarnos al desarrollo y a las necesidades de cada niño) el contacto físico, tocar, oler son las mejores vías para propiciar la calma que se requiere para dormir. En esa primera infancia es fundamental propiciar el ir bajando la intensidad de la actividad y aprovechar la intimidad de la hora para generar un espacio especial de conexión y que la despedida de la noche no sea vivida como una separación, sino como un momento único de sintonía que garantiza que papá y mamá están ahí, aunque estén rodeados de obscuridad.

 

En la medida que el niño crece va alcanzando no solo autonomía emocional sino también fisiológica y caer en el sueño resultara más fácil, y se va integrando y confirmando que mamá y papá están ahí aunque no los toque o huela.

 

  1. Un niño con buena higiene del sueño, ¿es un adulto con buenos hábitos a la hora de dormir?

Toda conquista que logramos en la infancia va a ser un recurso posterior y si en algún momento perdemos el sueño contar con esos recursos nos ayudará a volverlo a recuperar o manejarlo mejor.

 

4.¿Cómo afecta la calidad del sueño al desarrollo del niño?

 

 

La arquitectura del sueño va cambiando a lo largo del desarrollo, un bebé duerme entorno a 16 horas y el adolescente retrasa la hora de conciliación del sueño y reduce sus horas. Entre los 6-10 años, el sistema nervioso central ha madurado en gran parte y el promedio de horas de sueño es de 10 horas al día. Hacia la mitad de la infancia ya es posible diferenciar con facilidad todas las fases del sueño y estas se van volviendo cada vez más parecidas a las que aparecen en el adulto.

El sueño de ondas lentas alcanza su punto máximo en los niños pequeños, y se reduce con la edad en casi un 40% en la segunda década (adolescencia).

Hacia los 75 años es posible que el sueño de ondas lentas haya desaparecido completamente.

Se identifican diferentes funciones que puede cubrir el sueño y estas dependen de los diferentes tipos de sueño si es de ondas rápidas o de ondas lentas. Esas funciones se relacionan con funciones fisiológicas o con consolidación e integración de los aprendizajes y las experiencias vividas durante el día.

Se ha planteado la hipótesis de que el sueño es importantes para la maduración del cerebro y para la plasticidad de las sinapsis, estas funciones son fundamentales en las primeras etapas del desarrollo, que es cuando el cerebro tiene un crecimiento más vertiginoso y realiza la mayor parte de su conexiones neuronales, aun así las sinapsis  y nuevas conexiones neuronales las  seguimos realizando durante toda la vida. Así pues, el sueño es fundamental como función fisiológica en todos los momentos del ciclo vital.

5.Además de los beneficios físicos y psicológicos para la salud del niño ¿Qué aporta a la relación paterno filial?

Dormir bien y descansar nos permite no ser los mismos que nos acostamos el día anterior. El sueño, en calidad y en cantidad adecuadas, es una de las necesidades básica en el desarrollo y en el adulto. Una familia bien descansada se relaciona, comunica, y se regula mejor. El sueño es esencial para integrar las experiencias del día y entre ellas están las relacionales. El sueño es una pieza clave que afecta a los procesos cognitivos y afectivos que emprende el cerebro durante el estado de vigilia.

  1. Qué consejos da a los padres que tienen «problemas» para dormir a sus hijos?

El sueño del bebé y del niño pequeño es diferente al del adulto, este se va alcanzando con la edad, y podemos tener diferencias significativas en cómo se alcanza esa madurez. La conquista del ritmo circadiano asociado a la vigilia y el sueño es muy importante. Propiciar calma y actividades no muy excitantes antes de ir a dormir es sumamente importante y acompañar al niño pequeño mientras concilia el sueño para garantizar esa calma. Somos mamíferos acostumbrados a regularnos a través del olfato y del tacto, son las vías moduladoras de todo bebé, y mediante ellas se calman, tocando, oliendo a mamá especialmente, a la que reconocen desde su nacimiento. En el libro que tengo publicado Mírame, siénteme. Estrategias para la reparación del apego en niños mediante EMDR, abordo diferentes temas de crianza y regulación emocional, entre ellas el sueño y la importancia del vínculo parental.

Tener en cuenta que si la gestación y o el parto han sido complicados es normal que a ese bebé le cueste más calmarse y por ende conciliar el sueño ya que ha estado expuesto a mayor estrés perinatal. Los padres van a ser los moduladores naturales y precisan calma, paciencia y buscar sus propios tiempos de descanso.

  1. ¿Puede contarnos algún caso real de cómo ha mejorado la calidad de vida de los padres y del niño sólo adquiriendo buenos hábitos a la hora de dormir?

Recuerdo una niña de tres años, a la que le permitían decidir cuándo acostarse, según su necesidad. Antes de escolarizarse esto no ocasiono aparentemente ningún problema. Sim embargo en la medida que comenzó con tres años primero de educación infantil, no conseguía adecuarse a los horarios escolares. Se acostaba tarde y reparaba el déficit de sueño nocturno con siestas, a pesar de todo a la mañana estaba mal humorada, crispada, no le interesaban ni las relaciones ni las actividades del entorno escolar. Recomendamos a los padres un programa progresivo para que fueran ellos los que marcaran los ritmos, ritmos que le permitieran adaptarse a las necesidades y a las exigencias de la escolarización y socialización. Cuando la niña consiguió regular y conciliar el sueño a costándose a una hora adecuada entorno a las nueve y esto le permitía levantarse sin sueño a la mañana siguiente y disfrutar del contacto y del aprendizaje en el aula infantil, una noche la niña les dio las gracias a sus papás por llevarla a la cama.

A veces nos cuesta entender que lo que los niños piden o quieren no es lo que necesitan o precisan y que esa discriminación adecuada corresponde a los adultos que están a su cargo.

Cristina Cortes Viniegra psicóloga especializada en infancia, apego y trauma, autora de libros y cuentos educativos para familias y niños. ¿ Como puedo salir de aquí?, Cuéntame cuando sí anide en una tripa y sí nací y El invernadero semillero.

Entrevista completa pinchando aqui https://okdiario.com/salud/secreto-30-minutos-antes-acostar-nino-que-duerma-bien-10833412