En la sociedad actual el exceso de posibilidad y la constante necesidad de estar felices, nos lleva a la evitación de experimentar el más mínimo sufrimiento. Parece por tanto, que el dolor ha perdido por completo de sentido y de utilidad. Los espacios disciplinarios, se sustituyen por zonas de bienestar, y el dolor pierde toda referencia al poder y dominio, pues la nueva fórmula de dominación se reduce a “se feliz”.
Os invitamos a leer con mayor profundidad el artículo de Byung-Chul Han “La obligación de ser feliz”: http://ethic.es/2021/05/la-obligacion-de-ser-feliz/